A los adultos nos preocupan menos los déficits que los excesos verbales de los niños, a pesar del malestar y el sufrimiento que padece quien tiene dificultades para comunicarse.

Una de las principales dificultades en este sentido es el miedo a hablar, que puede originar en sus formas más extremas dos graves problemas en la conducta infantil y juvenil: el "mutismo electivo" y el "mutismo progresivo o total". En ambos casos se producen amplias, intensas y duraderas repercusiones negativas que pueden conllevar, junto con la desadaptación al medio, enormes "costes" en términos de "padecimiento" subjetivo y alteraciones de la conducta normal (por ejemplo, enuresis o rituales compulsivos). Asimismo, existe acuerdo con respecto a las "graves consecuencias" del desaprovechamiento escolar y la carencia de habilidades sociales básicas que este problema puede generar.

Este libro explica lo que podemos hacer para "ayudar a prevenir su aparición" o, en su defecto, saber cómo podemos detectarlo y tratarlo con prontitud para "invertir la gravedad del diagnóstico" y el pesimismo actual respecto de la "eficacia de los tratamientos" cuando el problema alcanza sus grados más extremos.

Índice:

• Los miedos en la infancia y la adolescencia.

• El miedo desproporcionado a hablar.

• ¿Por qué se tiene miedo desproporcionado a hablar?

• ¿Qué podemos hacer para ayudarle?

• Por si se ha de solicitar la ayuda de un profesional.

• Póngase a prueba.